La tarde bañaba el atardecer y el moreno chico iba aturdido dando su caminata vespertina por el Lago, el ambiente estaba embriagado de una sed de soledad y abandono, un parque tan bello como este también tenía malos días, el chico de pelo castaño siguió caminando por el lugar, cada paso vacilante como él, miraba arriba y abajo, a un lado y hacia el otro, admirando el paisaje, el cielo, las palomas que vuelven a sus nidos, ¡Simplemente el espectáculo que te da la naturaleza cada día!, pero que no muchos saben admirar como hacia Hazen mudo ante todo esto.
La dulzura del lugar era hermosa, pero había una mancha, una pequeña mancha que dañaba toda la dulzura, como aquella mancha de tinta negra que cae en el blanco papel, que se expande y mancha todo, había un chico al cual no podía divisar bien estaba solo a orillas del lago, por la cabeza de Hazen se cruzaron los cables y se acerco rápidamente al chico y poniéndole la mano en el hombro le dijo:
- Estar aquí no ayudara a que ella vuelva contigo. Dijo con el tono de burla como principal sonido.