No llevaba mucho tiempo desde que había ingresado a esta academia, hasta ese momento no conocía a nadie, hasta que escuche sobre el baile de fin de año, la idea se me hizo interesante, no paso mucho tiempo para que comenzara a soñar despierta, eso me lo confinaba, jamás iba a cambiar esa forma de ser tan infantil. No tarde mucho en escoger su vestimenta y en menos de lo que esperaba ya se encontraba en el salón donde se estaba llevando a cabo la celebración, traía un vestido rojo de noche algo corto, era mi costumbre utilizar ropa de esa clase a causa del uniforme que normalmente tenía que llevar en mis “tareas” familiares.
Dejando a un lado mis peculiares costumbres, camine por todo el salón, en busca de algo que me llamara la atención, pero aun no habían muchas personas cerca de allí, solté un suspiro, se me hacia algo monótono, que aun no se animaran a bailar algunas personas, después de todo para eso era el baile, fui hasta el balcón, no percatándome de la presencia de alguien más.
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Algunas cosas nunca cambian... Siempre será monótono...-
Murmure mientras me apoyaba en la baranda, ya era de noche, las estrellas iluminaban el cielo nocturno mientras una gran luna llena, una briza comenzó a soplar, meciendo ambas coletas de un lado a otro.