El sitio era perfecto, destellos del más puro atardecer y un viento de refrescante aroma eran la combinación perfecta para ese tipo de escenario. Las nubes dejaban que el cielo mostrase su tremenda tonalidad ambar, cometiendo al mismo tiempo, la tentadora jugada de darle paso al adormecido Sol que bañara con su acaramelado brillo cada uno de los rincones libres del instituto, en especial a tan llamada azotea que por colocarse encima, era el primer destino de tan pegajosa luz.
En el mencionado ambiente, cerca de las rejas que dividen el vacío entre el tejado y el suelo terrenal de la arquitectora, se puede apreciar el asomo de un curioso personaje, sus blancos cabellos se dejan mover al ritmo de la brisa mientras que sus ojos ocultos en el camuflaje perfecto de unas gafas, observan con detalle el insensible movimiento de la estrechante altura con un gesto inexpresible en su rostro, casi como si por su cabeza no pasara la más mínima cantidad de pensamiendo, sólo estaba él y su sola presencia, capaz incluso de hasta pasar desapercibido a la reacción de cualquier otro personaje que se encontrara en el camino...

Mi viaje habia sido bastante largo, queria relajarme un poco, pero donde podría hacerlo?... habia escuchado que en esa academia, el lugar mas tranquilo era la azotea, vaya cosas, suspiré y me encaminé hacia allí, mi mente iba metida entre muchos pensamientos, si seria mejor esta academia k la de cross, si vendria Shiki a estudiar aquí o no, vaya pensaba en todo menos en relajarme.
Llego justo frente a la puerta que divide las escaleras de la azotea, me detengo un momento mientras coloco unas gafas de sol, aun estaba soleado, y no me gustaba que me diera el sol en los ojos, asi que los coloqué con delicadeza, sujete el pomo de la muerta y abri en silencio, entrando por fin en la famosa azotea, senti como el viento agitaba mi cabello sujeto en dos coletas, era bastante tranquilizador, camine un poco mas dejando que la puerta se cerrara con un golpe seco y practicamente silencioso, caminé, esperando estar sola, pero no... ahi habia alguien mas... un chico... de cabellos blancos, segui caminando pasando por su lado.
-espero mi presencia no lo perturbe... -dije con voz suave y un tanto fria-

Interrumpido por la llegado de un nuevo personaje tal y como él se lo había esperado desde un principio, después de todo, era lo más lógico, siendo un lugar público no era para nada fuera de lo común. Lo curioso era que la presencia que se había hecho presente, pudo ser percibida por el agudo olfato de Noriyuki, quien simplemente se limitó en cuestión de segundos a girar su escondida vista hacia la "intrusa", escuchando vagamente lo que ésta le había dicho. Colgando de su cuello, se podía apreciar una cámara fotográfica, de esas que usan los profesionales, aunque por su cara, era difícil confirmar ésto último, eso no lo limitó a cogerla e inmediatamente apretar el botón que desataría una ligera luz en dirección a la recién aparecida, finalmente, el sujeto bajó lentamente el aparato teniéndolo aún en sus manos y suspiró tranquilamente, mostrando un típico rostro de poca importancia...

- Para nada, aunque tienes un aroma femenino muy potente, es fácil de evadir con el aire del lugar... además... - dijo para luego hacer una pausa y dejar caer por completo el aparato que previamente había usado - ...éste es un lugar hecho para todos, no tendrías que preguntarme si estoy o no de acuerdo con que estés aquí por tu propia voluntad -

noté como el chico que ya estaba con anterioridad en la azotea se giraba hacia mi, por respeto me quité las gafas de mi rostro, dejando ver mis ojos azules, tan serios y frios como mi forma de ser, pero estos no dejaron de ser bislumbrados y un poco lastimados gracias a una ligera luz que por un instante no habia reconocido su origen hasta que sus retinas volvieron a acostumbrarse a la luz del sol, la ligera luz blanquecina habia salido de una camara, de la camara que llevaba colgada el chico, lo mire sin expresion alguna, como modelo estaba acostumbrada a los famosos flashasos de los paparazzis, asi que no comenté nada, al menos no por el momento, escuché lo que me decia mientras acomodaba mis lentes sobre mi cabeza. Observe un poco al chico y me puse de nuevo mis lentes.

-si hablamos de aromas... creo que el menos indicado para hablar de ellos vendrias siendo tu... pude captar su escencia justo al llegar a este lugar... -dice con voz suave y un tanto ausente y mire su camara -para la proxima... si quieres una sesion de fotos de mi... consulta a mi representante... esta vez no tomare riendas sobre el asunto de la fotografía que acabas de tomarme... -mire hacia el horizonte, el sol comenzaba a ocultarse, asi que no valia la pena que siguiera ocultando mis ojos, mevolví a quitar los lentes guardandolos en mi bolso, todo el paisaje era maravilloso, incluido el chico, que a pesar de sesr un Lican era bastante interesante, y no habia tratado de avalanzarse contra ella para matarla, al menos no aun...

La miró por unos instantes directamente hacia sus resaltantes ojos, arqueando levemente una ceja por el comentario respecto al olor que aunque inertemente le causó algo de gracia, su perezoso cuerpo tardaba en captar la idea de sus reacciones. En ningún momento se retiró las gafas del rostro, mantuvo todo el tiempo escondiendo sus manos dentro de los bolsillos que le propinaban sus pantalones y obviamente, expresó una ligera mueca de marcada inexpresibilidad al oír lo último que aquella muchacha le había mencionado...

- Ésta foto nunca verá la luz asi que poco debería preocuparte y si más tranquila te poner... si llego a tener ganas de revelarla, te la entregaré directamente - contestó retirando de su bolsillo diestro una diminuta cajetilla de palillos, retirando uno y llevándoselo segundos después hasta la superficie de sus labios, jugueteando con él en el proceso - A propósito, a parte de lo obvio que eres estudiante... ¿hace cuánto llevas en éste lugar? - preguntó tratando de imitar un tono de curiosidad bastante escaso -

seguia mirando la puesta del sol escuchando hablar al chico, habló sobre la fotografia, lo cual me tenia sin el mas minimo cuidado en realidad, asi que seguí mirando la puesta del sol, hasta que me hizo una pregunta, me tomé mi tiempo para responder, miré un poco mis uñas para ver la perfeccion de la manicura que me habian realizado y al ver que seguia igual de perfecta no me quedo de otra mas que mirarlo, asi que suspiré y me giré para verlo.

-no me importa si esa foto sale a la luz o no, y disculpa mi tono un tanto grosero de hace unos minutos, si quieres la foto, me da igual, quedatela, si no la quieres, igual me sera algo indiferente... -

vuelvo a mirar como el sol por fin se ha metido dando paso al atardecer que originaria el anochecer, las estrellas comenzaban a vislumbrarse y la luna a tomar su brillo bastante acogedor, amaba la noche, la luna, amaba la noche y las estrellas, todo en si era maravilloso, al menos para mi siendo una criatura nocturna.

-en cuanto a... el tiempo que llevo en este colegio... soy nueva... justo hoy llegué a la academia, recien ingreso a primer año... y -lo miro de pies a cabeza para situar mi vista en sus ojos- tu...?

Tuvo una visión esa mañana, y en ella vió la azotea de ese edificio. Apenas llegó al Instituto, dejó su equipaje en la haitación y subió a buscar lo que había visto. Para su sorpresa aún estaban ahí esos dos, tanto el hombre como la chica.

Al llegar sabía que se darían cuenta de su presencia, pero de todas formas no hizo ruido al llegar. Se recostó a la barandilla y se quedó mirando el celaje, el atardecer estaba por terminar y ya pronto se podría ver la noche. Recostado ahí solamente se quedó mirando, sin voltear a ver a los dos presentes. Terminó por hablar con ambos.

-Hola! Soy Haku Itonami, hoy llegué al Instituto y me vine a dar una vuelta!-

Sonriendo dijo eso, y el de cabellos negros al igual que sus ojos se acercó un poco, para ver mas de cerca ambos personajes. Ella era bastante bella, y el era guapo. Haku solamente se quedó mirándolos esperando no interrumpir nada.

Estaba mirando al chico de cabellos blancos esperando respuesta a mi pregunta, sentí que alguien mas llegó no lo miré pero pude distinguir que era humano, seguí esperando respuesta del chico de cabellos blancos y al ver que se tardaba en contestar me gire para ver como el cielo nocturno se abria paso entre nosotros dejando ver un sin fin de estrellas y constelaciones hasta que el humano habia llegado con anterioridad se puso junto a nosotros.

Hola! Soy Haku Itonami, hoy llegué al Instituto y me vine a dar una vuelta!- dijo y nos observó tanto al chico de cabellos blancos como a mi.

Lo miré de arriba a abajo, el chico no era del todo feo, al contrario, me atreveria a decir que era igual de apuesto que el chico de cabellos blancos, lo mire a los ojos sin expresion alguna en mi rostro algo distintivo en mi y respondi

-hola ahm... soy Rima Tohya -dije con voz suave pero bastante fria- creo que somos contigo dos personas que recién llego a este lugar -digo mirando hacia el cielo- una noche bastante bella, aunque bastante iluminada... -murmuro miro detenidamente el cielo, sus ojos por un instante dan un brillo escarlata pero regresan casi al instante a su color azul brillante, tenia un poco de sed, pero con una noche asi, definitivamente no podria ir a saciarme un poco, asi que debia aguantarme y tomar esas asquerosas pastillas que Cross me habia dado antes de mandarme a este lugar.

Noriyuki se abstenía de responderle, ¿por qué?, ni él mismo lo sabía, era como si quisiera evadir una respuesta tan sencilla como la que esclarecería, lo curioso era que conociéndose como él mismo se conocía, quizá era una cuestión de simple pereza, aunque para ser sinceros, eso ya era exagerar y mucho. Mientras se mantenía escuchándola con una poco importante atención, dejó que su mirada se perdiera en el vacío, mirando unicamente las rejas que separaban el altísimo espacio del campus; pasado unos breves segundos, se dignó a responder y listo para dedicarle un reojo, éste último se centró en otra presencia recién llegada, el olor que despedía era claramente masculino, con un aroma de mortal y humano bastante natural, lo curioso era que tenía cierta escencia un tanto diferente, como si inconcientemente, aquel figurín evitara ser uno más del montón.

No era la primera vez que Nori se encaraba con uno de esos, es más, estaba más que conciente que en los tres años que había estado en la academia, se pueden encontrar muchos como esos, después de todo, a veces hasta él mismo se preguntaba si ésto era un instituto o un circo. Al principio no le había tomado mucha importancia, sin embargo, aquel muchacho no hizo esperar su presentación y seguidamente, se acercó a saludarlos, siendo seguido por la jóven que previamente había estado "platicando" brevemente con el de cabellos blancos. Éste suspiró al escucharlo y alzó la mano pesadamente, como imitando un gesto de saludo, finalmente, se quedó observándolo unos segundos, aunque era difícil un poco complicado comprobar la importancia de su mirada debido a las anaranjadas gafas que portaba y se había resignado en retirar...

- Noriyuki... ese es el nombre por el cual me conocerás, asi que mi apellido no tiene importancia - dijo respondiendo en un supuesto tono amable aunque bastante distraído, moviendo de un lado a otro el palillo entre sus labios -



[[Off: Discúlpenme de verdad por la demora, pero tuvo uno que otro contratiempo y no pude entrar debidamente]]

El olfato de Noriyuki le permitió saber mas de lo debido. Diferenciarle como humano de otras razas tenía sentido, al igual que diferenciarle si era hombre o mujer por su metabolismo un poco distinto. Pero por mas desarrollado que fuera su olfato era estúpido que supiera que era un humano con poderes, seguramente lo que tenía en su mente era solo una idea.

Por la mente de Haku no pasaba aquello, ya que no tenía idea de quienes eran esos dos. A juzgar por sus edades eran alumnos y no maestros, pero las sorpresas se podían dar donde fuera. Mirando el cielo sonrió, pues amaba las noches y lo que dijo Rima tenía razón en todo.

-Ustedes tienen poderes, no es cierto? Dicen que en este instituto hay hasta vampiros y hombres lobo!-

Justo hablaba con una vampireza y un licántropo, sin saberlo en absoluto. Simplemente quería conocer a otros como él, a otros con habilidades únicas y raras; y por ello era que no había preguntado sobre el año en el que iban o por el apellido de Noriyuki.

Dejó de ver el cielo y volteó a ver de manera directa a las dos personas con las que estaba, en su visión de esa mañana no tenía idea de que raza fueran ellos, ya que la visión comenzaba al subir a la azotea, pero terminaba cuando Noriyuki se presentaba. Como Clover de una hoja que era, podía ver el futuro, pero no podía controlar el futuro que veía.