El día era soleado, había unas pocas nueves en el cielo y también una brisa veraniega que hacia el día perfecto para Naruto. No tenia nada que hacer, así que pensó donde podría ir…hasta que se decidió por el zoológico. Siempre le habían gustado mucho los animales, recordaba lindas cosas con los animales, como cuando agarraba pequeñas ratitas del bosque y las llevaba a su casa y jugaba un rato con ellas, para luego devolverlas. En la entrada del zoológico un señor le pido dinero para que pudiera entrar. No tenía ni un solo peso. Resignado a no entrar se alejo...pero como pasaba tanta gente al mismo tiempo logro colarse. Ya en el zoológico fue corriendo donde estaban los lobos, criaturas hermosas y elegantes para el chico. No solo porque el era como uno, si no porque siempre le habían gustado. Se quedo observándolos tranquilamente mientras el viento jugaba con sus rubios cabellos.

Me puse mi capa, y tome la sombrilla mas grande y protectora que en mi armaron pude encontrar. Que si bien era de día, yo y no podía dormir, ultimamente el sueño lo tenia alrevesado y no sabia ni por donde empezar a soñar. Así que apesar del riesgo que corria por que el sol aún brillaba fuera, salí, y vague un rato por ahi, hasta que se me ocurrio ir al zoologico. Jamas me han gustado mucho los animales, así que no me parecio mala idea ir a concoer unos cuantos. Camine sola y con mi enorme paraguas por entre la gente que contemplaba a los pobrecillos animales enjaulados. Me acerque a contemplar a los lobos que aullaban tal cual estuvieran frente a la hermosa luna llena.

Pff... Huele a perro mojado, ¿No crees? Dije algo incomoda por el olor, dirigiendome a un chico rubio que estaba contemplano a los dichosos animales mas que emocionado.